El taller de Narrativas Audiovisuales, dirigido por la realizadora Guadalupe Escandón en el marco de la beca «Territorios Activos» del PDE 2023, abrió un espacio de exploración en torno al relato fotográfico y cómo este puede dar cuenta de los lugares que habitamos, tejiendo relaciones entre algunos conceptos vinculados a la imagen, el territorio y la mirada.
PRIMERAS APROXIMACIONES
La fotografía, considerada el arte de inmortalizar el tiempo, desempeña un papel de gran importancia a la hora de cartografiar la relación con el territorio que habitamos y que nos habita. Las imágenes que acompañan nuestra vida cotidiana, la perspectiva desde la cual observamos a los demás y el territorio que compartimos, constituyeron algunos de los ejes transversales en el proceso creativo de los relatos fotográficos.
El poder de las imágenes fue uno de los temas abordados en las primeras reflexiones, los participantes manifestaron que su interés por la fotografía obedecía a la necesidad de potenciar sus narrativas y prácticas laborales. Es importante aclarar que la mayoría de ellos provenía de diferentes ámbitos relacionados con las humanidades y no específicamente de las prácticas artísticas. Conforme se desarrollaban las consignas, cada uno de los participantes enlazaba su forma de percibir y experimentar el mundo con las nociones que se ampliaban en torno al tema de lo territorial. Encontraron en la fotografía un dispositivo para cuestionar, reflejar y comprender su propia mirada.
DE LA IDEA Y LA PRÁCTICA CREATIVA
Dentro del proceso creativo para construir los relatos fotográficos, los participantes se embarcaron en la realización de una serie de consignas semanales. Estas consignas abordaban diversos aspectos que proporcionaban un espacio para la experimentación fotográfica en sus propios entornos. Los temas incluían narrativas urbanas, retratos, fotografía urbana, fotografía callejera, documental, entre otros. Conforme avanzaba este trabajo, una red de imaginarios se tejía en torno al concepto de «territorio», explorando cómo esta noción se expandía desde la perspectiva única de cada uno de los participantes.
Particularmente, el trabajo con «retratos» llevó a los participantes a aventurarse al trabajo de campo. Cada uno eligió a una persona de su interés dentro de su entorno barrial para explorar sus historias de vida. Este ejercicio demostró cómo, a través de la curiosidad, se pueden crear narrativas en torno a la imagen, especialmente retratando a personas que pueden ser rostros familiares, pero cuyas historias personales a menudo permanecen desconocidas, más allá de su ocupación. Este proceso contribuyó a fortalecer las conexiones sociales entre las comunidades circundantes.
A partir de este ejercicio, nos gustaría compartir dos historias, creadas por Alejandra Santacruz y María Ortega.
Retrato. Por Alejandra Santacruz
«Este es uno de mis vecinos más curiosos. Él nunca dice nada, nunca su camino me ha llevado a saber donde vive, ¿Está solo? ¿Tiene familia? ¿Qué busca en la vida? Siempre a distintas horas y en diferentes momentos está con una lupa y un libro que no se si es el mismo o cambia de libro cada vez que llega al parque. Sus manos ya marcadas, los mapas que veía y la intención con la que lo hacía y aún lo hace es interesante. Mundos, personas y espacios divididos compartimos. Le pedí permiso para tomarle fotos a lo cual me dijo que sí pero solo de lejos y no se atrevió a contarme nada de su historia. Debo decir que aunque no fueron muchas las palabras que cruzamos, fue suficiente para elegirlo y ser la persona de mi barrio que quería fotografiar. Después de ver mis fotografías y hacer este collage también me di cuenta que es una foto generacional de algún modo. Vemos a mi vecino curioseando y explorando con una lupa un libro, mientras que el chico que se ve detrás está concentrado en su celular con unos grandes aparatos (sus audífonos) y no le apetece ni un poco lo que hace nuestro vecino. Qué curioso porque hace un tiempo hice una foto en una población en la que estuve y casi que sucedió lo mismo. Sin pedirlo fotografié una niña en un parque triste con su juguete a lado sin saber cómo o con quien jugar y detrás estaba una niña un poco mayor con un celular muy entretenida y con sus juguetes a un lado. La descripción de esta foto de algún modo en nuestra era moderna me parece triste, irónica y de mucha reflexión. ¿Vivimos en conexión o desconexión?»
Retrato. Por María José Ortega
«Rubén Darío Arango lleva trabajando desde muy joven, ha tenido demasiados trabajos pero encontró estabilidad vendiendo frutas y verduras. Él a sus 52 años de edad es un padre soltero el cual sostiene a sus hijos menores de edad (una chica de 9 y un chico de 17). A medida que nos cuenta su historia se le aguan los ojos contándonos que es soltero, no nos quiso contar la razón por la cual ya no está con su esposa, pero es probable que haya muerto. A pesar de esto es un hombre muy amable y carismático, reconocido en el barrio. Me genero curiosidad su historia, ya que había pasado muchísimas veces por ahí y no habíamos tenido el contacto de hablar un poco sobre su historia. Un hombre que realmente da luz con sus ojos y su bella sonrisa. Te invito a que te permitas conocer a tus vecinos y tu alrededor más allá de lo que percibimos a primera instancia. Una historia que no conocemos y nunca podremos conocer al cien porciento, pero por lo menos nos damos la oportunidad de conocer cuál es su inspiración detrás de su labor.»
CURADURÍAS EFÍMERAS: UN SENDERO HACIA LA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
En esta última etapa del proceso formativo, se realizó una práctica curatorial denominada «Curadurías Efímeras», esta consistió en plantear cuatro ejes transversales que pudieran atravesar las prácticas de «lo curatorial» para definir una puesta en escena de las fotografías y la construcción de un relato alrededor de las mismas. Los motivos, el mundo contemporáneo, la relación entre las fotografías y los conceptos alrededor del territorio confluyeron en los relatos dentro de la curaduría. Estas fotografías se presentan dentro de la exposición como relatos visuales, que hablan de los lugares que habitamos y nos habitan, tejiendo relaciones entre algunos conceptos vinculados a la imagen, el territorio y la mirada.
La apuesta curatorial es un trabajo mancomunado entre los artistas y la curadora, quienes a partir de la idea del “azar” fueron creando estas “Curadurías Efímeras”, arriesgando múltiples formas de presentarlas en función de la construcción de un relato que interpelara la temática central de la exposición; el territorio como fuente de creación en la fotografía.
Les extendemos una cordial invitación a explorar nuestra galería virtual, la cual se encuentra en la parte superior de esta reseña. ¡No se la pueden perder!
