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Gina Ávila, a partir de un trabajo práctico sobre el biodrama y los objetos personales, presenta una propuesta desde el teatro para fortalecer la memoria a largo plazo y el tejido social entre los adultos mayores y la comunidad.
Leitmotiv
“Hagamos Memoria” es una investigación-creación teatral realizada por la artista escénica Gina Maria Ávila, donde a partir de elementos del biodrama, pretende fortalecer los procesos de memoria a largo plazo de la población objetiva, así como también, revitalizar el rol que los adultos mayores cumplen dentro de la comunidad a la que pertenecen.
Este proyecto de investigación surge del interés de Gina por los adultos mayores: sus historias de vida y los saberes que a través de sus experiencias atesoran. Y es precisamente el intercambio de saberes con este tipo de población, lo que la impulsó a buscar una metodología teatral que le permitiera conectarse con ellos y elaborar un trabajo creativo para el fortalecimiento de la memoria y el tejido social; “Me interesaba crear formas para poder trabajar con los adultos mayores desde el teatro y desde ahí, yo dije, debe haber alguna forma, alguna técnica, debe existir alguna manera que uno pueda conectar con los adultos mayores desde su sentir, desde su forma de pensar, desde su edad y poder sacar de ahí sus relatos, sus historias, buscar lo mejor que los adultos mayores tienen para dar y por medio del teatro hacerlo visible.” nos relata Gina.
En esa búsqueda incansable de metodologías creativas, Gina se encontró con el biodrama, un proyecto desarrollado por la directora y curadora argentina Viví Tellas, quien expone que el biodrama consiste en buscar en la autobiografía momentos teatrales, encontrar eso que se aparece al teatro, que está lleno de ficción, pues es partir de allí que se puede construir una dramaturgia de la vida y del destino, reescribiendo y editando dichas historias.
A partir de estos conceptos Gina genera una propuesta metodológica que entrecruza lo testimonial con los objetos personales de los participantes, tratando de encontrar en ellos un punto de conexión entre las historias de vida y los elementos teatrales que componen la puesta en escena.
“Me interesaba crear formas para poder trabajar con los adultos mayores desde el teatro y desde ahí, yo dije, debe haber alguna forma, alguna técnica, debe existir alguna manera que uno pueda conectar con los adultos mayores desde su sentir, desde su forma de pensar, desde su edad y poder sacar de ahí sus relatos, sus historias, buscar lo mejor que los adultos mayores tienen para dar y por medio del teatro hacerlo visible.”
El encuentro con la población
El proyecto de investigación “Hagamos Memoria” se ejecutó en el municipio de Sopo, Cundinamarca; un territorio con gran afluencia de adultos mayores, lo que evidencia la necesidad de generar procesos creativos desde diversas metodologías y dispositivos artísticos para este tipo de población y de esta manera impactar positivamente en el tejido social de toda la comunidad.
Sin embargo, la consolidación del grupo focal no fue fácil, el acceso a la población está intermediada en su mayoría, por distintas instituciones que obstaculizan los procesos debido al desconocimiento que existe frente a las prácticas vinculadas con el teatro; “Fue muy difícil lograr ese primer grupo, fue una tarea muy compleja porque primero hice publicidad yo sola, en ese momento menos mal la corporación a la que pertenezco contaba con un espacio aquí en Sopo, de alguna forma era más sencillo porque había un espacio abierto al público y un espacio que tenía publicidad, un espacio que tenía como movimiento, aun así fue complejo, pasando convocatorias, asistiendo a estos lugares de los adultos mayores, me llevo casi un año en consolidar ese grupo focal.” nos comenta Gina.
A través de la implementación de una serie de encuentros, el trabajo creativo empezó a gestarse, la idea de Gina era generar un espacio de encuentro, de esparcimiento y sobre todo de complicidad con los adultos mayores, pues para ellos supone un reto extra enfrentarse a la creación teatral y por medio de esta develar sus historias.
A partir de diferentes estrategias didácticas, que excedían la frontera de lo teatral y se vinculaban con lo vivencial, pudieron encontrar esa sinergia que necesitaban para darle vida al proyecto: cocinar, visitar lugares, tomarse fotos, tertuliar, entre otras actividades, fueron la fuente de esparcimiento y conexión que nutrieron ese espacio, pues como lo relata Gina; “se hizo una cosa muy bonita, pues más que ir a clases, se volvió el pretexto para compartir entre ellos, como que todos se volvieron amigos, todos se preguntaban por los otros, se volvió algo muy íntimo, ya ellos no iban por la clase, sino a encontrarse, por todas estas cosas.”
En ese proceso de indagación de las historias de vida de los participantes, aparecen los objetos personales como una puerta para el entendimiento de situaciones o sucesos que quedaron en el pasado, pero que tienen en sí mismos la esencia de lo ocurrido. El ejercicio de la memoria es fundamental para los adultos mayores y la búsqueda de estrategias que la potencien fue unos de los objetivos principales del proyecto, por tanto, los objetos personales se volvieron un mecanismo de anclaje para todos los participantes, pues como lo recuerda Gina; “ellos tienden a agarrarse de muchos objetos precisamente para no perder esa historia de ellos, como que se basan en objetos para tener más presente ese recuerdo y eso lo veía mucho en fotos, la mayoría usa fotos para ir a ese pasado, otros algunos objetos muy especiales, muy significativos.”
Paralelo al trabajo con las fotografías y los objetos, se generaron una serie de actividades lúdicas que complementaban los encuentros; los juegos teatrales, el baile y el tejido de la palabra, fortalecieron destrezas en torno a la memoria a largo plazo y el trabajo corporal de los adultos mayores.
El Montaje
Llegados a este punto, la estructura del montaje fue uno de los ejes fundamentales en el desarrollo de los ensayos, tratando de encontrar un lenguaje escénico que les permitiera traducir todas estas experiencias y testimonios a la escena, sin perder de vista las sensaciones, sentimientos, estéticas y miradas que surgieron en el trabajo previo al montaje, pues como explica Gina; “Digamos que todo fue muy intuitivo y fue como ir rescatando de las clases lo que yo veía que funcionaba con ellos.”
La construcción dramaturgia se fue dando simultáneamente a la exploración en el espacio, teniendo como base el desarrollo de tres etapas de indagación: la niñez, la juventud y la vejez. Estos vínculos entre las historias de los objetos y las etapas de vida, evocaron relatos mucho más sensitivos en los participantes dando lugar a la acción escénica.
Pensando en el biodrama, y en como la vida se parece al teatro, dentro de esta etapa del proceso sucedió algo inesperado que cambio el rumbo del proyecto y marco la vida de todos los participantes, la muerte se hizo presente para recordándonos la fragilidad de la vida: “En esa transición de pasar todas las cosas a la escena, paso algo muy importante y es que mi bisabuelo falleció, entonces primero fue duro para el grupo, ya habíamos creado un lazo entre todos muy significativo, el dolor y todo lo que significó la muerte de él y aparte todo mi dolor.” (Ávila, 2021)
Y es precisamente esa fragilidad, lo que le da cuerpo a esta propuesta, pues coloca a la población en el centro del asunto, revelándonos la urgencia de volver a mirar nuestras generaciones mayores con otros ojos, entendiendo que el legado está en ellos, en sus experiencias y saberes, y que solo a través del diálogo y la escucha podemos rescatar esas memorias.
En el teatro como en la vida, a pesar de los giros dramáticos que se presenten, la función debe continuar, el homenaje era un motivo para seguir adelante y exaltar el trabajo que como colectivo habían estado tejiendo.
El encuentro con el público fue un momento decisivo en el proyecto, pues había muchas expectativas de lo que iba a acontecer, las luces del escenario por fin se encendieron y le dieron paso a los relatos autobiográficos de “Hagamos Memoria”.
La puesta en escena se nutrió de varios lenguajes expresivos proponiendo algunos elementos vinculantes a la historia de los personajes y sus etapas de vida. Un árbol, una serie de fotografías, sus objetos personales y unas sillas en el espacio son los elementos que componen la escena y propician una experiencia de intimidad con el público. Una voz en off nos permite adentrarnos en la obra, como una suerte de conciencia colectiva que va guiando los sucesos y el transcurrir de las acciones en escena.
Estamos frente a la presencia de lo real, un documento vivo que nos presenta a estos adultos mayores hablando desde la experiencia, con una mirada de reflexión hacia el pasado, cuestionando nuestras propias historias y la relación que tenemos con ellas.
El ejercicio de la memoria nos aboca a la reflexión, no basta con recordar, es importante revisar los matices de eso que se quedó alojado en nuestro recuerdo, para entender lo vivido como experiencia única de aprendizaje, pues como lo expresa Gina “No importa la vida que nosotros nos hayamos propuesto vivir, cada quien tiene su forma, cada quien toma decisiones, cada quien eligió ser donde quería ser, tal vez a veces son buenas o malas decisiones, a veces tenemos experiencias que nos marcan, que nos duelen, pero que finalmente nos hacen crecer, nos hacen evolucionar.”
Proyectos como “Hagamos Memoria” nos permiten acercarnos de nuevo y desde otro lugar a nuestros adultos mayores, entendiendo el rol que cumplen en nuestra sociedad y la importancia que tiene entablar espacios de diálogo e intercambio de saberes con este tipo de población, acercándonos a la magia del teatro desde un trabajo hecho con el corazón para toda la comunidad.
FICHA TÉCNICA / Título: “Hagamos Memoria”. El adulto mayor y sus objetos personales, una técnica desde el biodrama. Artista: Gina Maria Ávila. Formato: Teatro Documental, Biodrama. País: Colombia Año: 2017